La golfilla callejera Jewel Combs no tenía más futuro que la prostitución y la vergüenza. Entonces, un caballero moribundo miró sus ojos color topacio y su inocencia sin corromper… y se casó con ella para atormentar a su aristocrática familia con una última y escandalosa broma tras su muerte.
Pero Sebastian, conde de Moorland, no encuentra nada cómico en la descarada y joven viuda que reclama la herencia de su primo… no en la ardiente sensualidad de esta joya sin pulir. Mientras la valora con sus gélidos ojos azules, se preguntaba si podría ser divertido pulirla hasta convertirla en una dama, llamarla Julia Stratham… y seducirla.
Jewel ha conservado su virginidad en medio de los hombres más rudos de Inglaterra, pero cuando este apuesto lord posó su boca sobre su ardiente carne, un fuego irresistible la consumió… y aunque él la llamara lasciva, Jewel juró ser la dama que él amara esa noche… y por siempre jamás.
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