Trilogía Tres no son multitud
01- Nunca fuimos dos
¿Quién no ha escuchado alguna vez aquello de “no se puede comenzar la casa por el tejado”? Igual no he comenzado por el tejado pero, lo cierto es que por los cimientos no lo he hecho. ¿A cuento de qué viene esto? estarán preguntándose los que por primera vez estén leyendo algo escrito por mí o, por lo menos, estén comenzando a leer esta trilogía por es...te primer libro. Bien, pues, simplemente porque aunque Nunca fuimos dos sea la primera parte de esta trilogía no ha sido escrita en primer lugar.
¿Ganas de complicarme la vida? No, ese no ha sido el motivo. Nunca fuimos dos surgió tras la petición de muchas lectoras que tras leer Tres no son multitud me pidieron conocer el principio de esta historia, querían conocer en primera persona qué había sucedido con Amanda y Alejandro cinco años antes y yo que a pesar de los años no he aprendido a decir que “no” me embarqué en esta historia previa y ya tengo en mente la tercera y definitiva parte de trilogía.
Nunca fuimos dos es una comedia ligera que ha nacido de los dedos de esta que les escribe con la única idea de hacerles pasar el rato, disfrutar de la lectura y alejarlos de los posibles quebraderos de cabeza. Amor, desamor, humor, amistad… son algunos de los ingredientes que en ella encontrarás.
Dos amigos, Amanda y Alejandro, que se quieren y respetan, que disfrutan el uno con la otra y viceversa pero, un buen día uno de ellos siente más que cariño por el otro.
Amanda se enamora perdida y locamente de Alejandro, algo que para todos era algo más que evidente a ella le costó verlo pero, ¿qué siente él? En principio, nada, amistad es lo único que le puede dar.
Cuatrocientos kilómetros los separan. Cinco años los separan. Sin embargo, hay algo que los va a unir de por vida, un pequeño pirata que pide deseos a las estrellas y nos arrancará más de una sonrisa.
02- Tres no son multitud
Amanda nunca pudo imaginar que el regreso a su ciudad natal, Valencia, le traería tantos cambios en su vida. Atrás dejaba Madrid y en ella a Alejandro, su mejor amigo, el chico que le había robado el corazón. Alejandro y Amanda tenían una relación especial, “amigos con derecho a roce”, pero a veces el que juega con fuego se quema.
Amanda no sólo se... quemó sino que ardió en las brasas encendidas por ella misma. Huyendo de las llamas llega a Valencia y allí descubre que no lo hace sola. Está embarazada. Nuevo trabajo. Nuevo rol en la vida. Madre soltera. Consigue conciliar su vida laboral y familiar gracias a su familia si no imposible triunfar en su profesión siendo madre y criándolo sola.
Cinco años han pasado desde el comienzo de su nueva vida junto al mediterráneo. Cinco años de silencio. Cinco años de búsquedas y comparaciones. Cinco años en los que su hijo ha crecido y ya comienza a reclamar esa figura que nunca ha conocido. Ahora, el destino o simplemente la fusión de sus dos empresas Alejandro y Amanda vuelven a encontrarse. La llama no apagada vuelve a encenderse pero Amanda sabe que entre ella y Alejandro hay una asignatura pendiente. Una asignatura llamada Diego.
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