Y, sin embargo, la noche que el mejor amigo de su difunto marido volvió a Destiny, Fay fue a verlo a su casa y pasó de las recriminaciones a la ternura en un abrir y cerrar de ojos. Cuando su consuelo mutuo se transformó en pasión, el destino tomó las riendas, y ella se quedó embarazada.
Los muros que Adam había erigido alrededor de su corazón de soldado se desmoronaron cuando fue a visitar a Fay. Consolarla estaba bien, pero las cosas no habían quedado ahí. Y, entonces, supo que iba a ser padre. Había traspasado los límites, así que . . . ¿por qué se sentía tan bien?
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