Danielle sabe el daño que puede llegar a hacer el amor.
Puede llegar desde destruir el espíritu de una persona hasta acabar con su vida. No, definitivamente ella no quiere tener nada que ver con el amor. El sexo ya es otra cosa...
Cuando se marchó de su casa para ir a la universidad rompió con todo: con su madre depresiva, que se aferra a un hombre al que nunca le ha importado; con una ex mejor amiga que la odia porque la culpa por la muerte de su hermano, y con todos los recuerdos del chico que le enseñó lo que era el amor para luego dejarla tras hacerle ver lo dañina que era para cualquier otra persona.
Nueva ciudad, nueva vida, nueva Danielle. Esa había sido su decisión y no se había arrepentido de ella. Su casa, su trabajo, los hombres que entran y salen de su vida y a los que ella no les permite quedarse. Todo eso está bien para Danille. Es lo que ella quiere, está segura. O al menos lo está hasta el día que aparece un chico decidido a entrar en la vida de Danielle, pero para quedarse.
Evan no quiere olvidar. Lo que hizo, los recuerdos de aquella fatídica noche, debe recordarlo para no volver a cometer los mismos errores. Ha cambiado, ya no es el chico que solo aspira a vivir el momento al máximo sin preocuparse por las consecuencias. En una nueva ciudad busca tener un nuevo comienzo. Siente que esa nueva vida pinta muy bien, sobre todo después de conocer a cierta chica, complicada y hermética, pero que le atrapa desde el primer momento. Ahora solo queda descubrir si encontrará la forma de llegar hasta ella.
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