Melanie Merril sabe que Bruce Conner -a quien solo parece interesarle infringir todas las reglas posibles- es sinónimo de problemas. De modo que, cuando él hace su aparición en la escuela de secundaria Knox, ella trata a toda cosa evitarlo.
Una picardía que sale mal, obliga a Bruce a cumplir un insólito castigo que implica trabajar en la casa de Melanie. Ahora ella no puede huir de sus desafiantes ojos verdes... y ya no está tan segura de querer hacerlo.
¿Es posible que detrás de esa conducta rebelde, se esconda, después de todo, un chico sensible?
Gracias Dark Guardians
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