
El Conde de Kinsey estaba dispuesto a recuperar a la díscola mujer que un año antes se le escapó de las manos, así que cuando se le presentó la oportunidad de ganarla en una partida de cartas, no se lo pensó.
Ella era ahora conocida como La Bella de Hielo, un título que Derek sabía no hacía justicia a la fogosa y adorable mujer que había poseído, la dama cuya pasión encendía la suya y que sería la Joya perfecta para el Club Pecado.
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