domingo, 4 de septiembre de 2016

Andrea Valenzuela Araya

Águila real
Honor y gloria

“Si hubiese algún lugar llamado “nada” seguramente sería este el aspecto que tendría. El de una zona de guerra. Una más de las que ya estábamos acostumbrados a ver y que, difícilmente, podíamos relacionar con una ciudad o, mejor dicho, con lo que ha quedado de ella, asolada en gran medida por los continuos enfrentamientos encarnizados por parte de los grupos subversivos de la resistencia que deseaban instaurar a toda costa el poder, pero solo en base al terrorismo.
Sí, un lugar de ensueño que más se asemejaba a las ruinas olvidadas de alguna civilización de antaño o de una ciudad perdida en el tiempo con sus edificios bombardeados, con sus calles vacías y regadas de sangre y, también, con cadáveres pudriéndose al sol. Y demás está decir, totalmente desierta sin una sola señal de vida.
Porque eso era justamente lo que aquí se respiraba: desolación, decadencia, frustración, impotencia, melancolía... pavor. Inquietante, ¿no? Sí, y como para ponerle los pelos de punta a cualquiera.
Mi nombre es Damián Erickson. Capitán de Bandada del equipo táctico antiaéreo “The Animals”, escuadrón perteneciente a las Fuerzas Especiales de la Fuerza Aérea de Chile, pero más conocido por todos mis hombres como Águila Real; un hombre astuto, metódico, intuitivo y sagaz, que cuando quiere atacar lo hace sin contemplación alguna.”

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