
Cresszna parece tener otras ideas y es bastante persistente. No ayuda que Vern sepa que está enviando señales contradictorias. Sigue diciendo que no, aun cuando su cuerpo está diciendo que sí y se siente muy impactado por la abrumadora sensación de pérdida cuando al parecer Cresszna está dispuesto a aceptar su rechazo.
No regresaría a casa y Cresszna era la única forma humanoide de vida inteligente con la que se había topado. En verdad la vida — y el sexo— con el alienígena podrían ser tan malos, sobre todo con las sensaciones que Vern experimentó y que no sabía que era capaz de sentir. El problema es que parecía haber un precio que pagar si quería ser el compañero de Cresszna— uno que era aún más asombroso que las cosas extrañas que había descubierto hasta ahora en este planeta.
Gracias El Desván de Adri
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